viernes, 22 de mayo de 2009

Futuros Programadores

Pablo Soto se enfrenta desde el martes, en un juicio público, a la mayor demanda interpuesta por las discográficas en España contra un creador de programas de intercambio de archivos de 13 millones de euros.¿Qué hubiera ocurrido si Vinton Cerf, el padre de Internet, hubiera decidido no conectar por primera vez varios ordenadores por temor a una demanda? Este es el espíritu de la defensa de Pablo Soto, durante el juicio que comienza el martes en Madrid y que enfrenta a este joven madrileño de 30 años con Promusicae (Asociación de Productores de Música de España) y las discográficas Warner, Universal, Emi y Sony BMG.


Nada que decir ni uno ni otro los dos tienen razon pero me inclino mas por la "libre cultura".....

Un comentario que lei que me parecio muy acertado e interesante:

Por la misma lógica los fabricantes de coches deberían ser demandados, ya que algunos conductores imprudentes hieren o matan a otras personas con los vehículos que ellos producen. Esto no es más que otro intento de prohibir la cultura libre. Ánimo a Pablo Soto y a todos los programadores que nos facilitan el acceso a la cultura (no como las autoridades que tienen que velar por ello). Gracias. Abajo los rentistas y censores (SGAE, Promusicae, Sarkozy, etc.)

- flipando -

Para mas informacion visita aqui....

1 comentario:

Leonardo dijo...

Una cosa es la libre cultura, el compartir información y demás. Otra cosa es violar el derecho de retribución por el propio trabajo, para prevenir este tipo de quilombos, los paises occidentales crearon una ley en la que los derechos de distribución exclusivos y de autoría solo duran 50 años, al igual que las patentes. Que significa esto? que depende del autor que lo que se "comparte" sea libre o no. No estoy encontra de la libre cultura ni nada de eso, solo expreso que no se puede esperar que los musicos trabajen gratis para que disfrutes de su musica, ni que los cineastas lo hagan, programadores y demás tampoco, a menos, que sus medios de vida esten garantizados por otra via y aún si lo estubiera recae sobre ellos la decición, etica o no, de distribuir gratuitamente lo que producen tal como lo hacen algunos, o como se niegan a hacerlo otros.